¿Qué es el estrés?
La palabra estrés proviene de la voz inglesa stress (anteriormente distress) que aludía a situaciones desagradables o problemáticas. Actualmente se define el estrés como un estado necesario para satisfacer las demandas que nos hace nuestro entorno o una situación. Desde la época del hombre primitivo siempre ha tenido que reaccionar y adaptarse a todos los avatares de la vida en un entorno sumamente hostil. Ante una situación de peligro el humano prehistórico debía tomar una decisión entre huir de éste o enfrentarlo y luchar. En cualquiera de las dos opciones, se necesita una gran activación del organismo pudiendo agotar las reservas energéticas y defensivas. Este patrón se repite hoy en día aunque en situaciones algo más rutinarias. El organismo percibe dicha situación como un peligro produciéndose la misma activación.
Ante un reto o un cambio en nuestra vida el organismo manifiesta lo que denominamos estrés, un estado que si se sostiene demasiado en el tiempo puede percibirse como una situación desagradable y ser un problema de salud. Se produce cuando hay un desequilibrio entre las demandas externas (aquello que la situación nos exige) y nuestra capacidad de dar una respuesta satisfactoria así como el grado de control que tenemos sobre nosotros y la situación. Estos desequilibrios los pueden provocar una gran cantidad de factores como los laborales, familiares y sociales, medioambientales… Son factores de riesgo que pueden desembocar en estrés y por ello se denominan estresores. Los estresores que más conocidos son aquellos que se dan en el entorno laboral pero las causas son muy diversas y se pueden dar en cualquier esfera de nuestra vida.
Fases del estrés
Las personas que sufren estrés pasan por diferentes fases en los que éste se manifiesta de forma distinta:
- Fase de alarma
Se produce cuando la persona entra en contacto con el estresor o estresores y se activan los mecanismos de activación y adaptación.
-Gran tensión mental y nerviosismo. Insomnio.
-Aumento de la frecuencia cardíaca y tensión arterial. Palpitaciones.
-Redistribución del flujo sanguíneo aumentando en las estructuras vitales y aquellas necesarias para entrar en acción (corazón, cerebro, músculos...). Desciende la cantidad de sangre circulante en el resto provocando debilidad en zonas como la digestiva. Puede producir palidez y sudoración.
-Aumento del ritmo respiratorio.
-Aumento de las defensas del organismo.
-Tensión muscular provocando contracturas.
-”Apetito emocional”: sensación de hambre urgente que sólo se satisface con alimentos dulces o de capricho. Después pueden aparecer remordimientos.
- Fase de resistencia o adaptación
Después de un tiempo de activación y reacciones adaptativas puede llegar a una fase de resolución. Si hemos aprendido y nos hemos adaptado a la situación el estrés mejora o desaparece.
Por esta fase pasamos continuamente durante nuestra vida ante pequeños cambios o problemas que surgen en nuestra rutina. Hasta esta fase, siempre y cuando no sea de gran intensidad, el estrés es positivo y necesario para poder alcanzar nuestros objetivos o adaptarnos a los cambios. Se denomina eustrés o estrés bueno en su forma más popular. Si no se produce dicha resolución la persona continuará en este estado de gran activación y lucha.
- Fase de agotamiento
Si la situación de alarma y ansiedad se sostiene o incluso se llega a agravar hay un agotamiento de todo el arsenal adaptativo del organismo produciendo un gran desgaste corporal, emocional y mental. En esta fase la persona estresada puede experimentar importantes trastornos de salud. Estos son algunos de los signos y síntomas que se pueden dar:
-Astenia, gran cansancio general o falta de energía que no es posible reponer.
-Estados depresivos y altibajos emocionales intensos.
-Insomnio crónico.
-Contracturas musculares cronificadas con gran dolor y problemas de movilidad.
-Dificultad para concentrarse provocando cierta tendencia a sufrir accidentes y descenso del rendimiento laboral o escolar.
-Sensación de gran angustia, ansiedad, de pérdida de control, estados depresivos, altibajos emocionales, irritabilidad…
-Caída del cabello y problemas de piel como dermatitis.
-Infecciones de fácil aparición por un descenso del sistema inmunológico.
-Agravación de otras enfermedades.
-Hipertensión, taquicardias y otros trastornos cardíacos.
-Adormecimiento de brazos y piernas.
-Pérdida de interés sexual, disfunción eréctil.
-Pérdida o aumento de apetito.
En esta fase puede aparecer, en el ambiente laboral, el llamado burnout. Éste consiste en un agotamiento emocional ( a veces también corporal) que puede llegar un estado depresivo. El trabajador se encuentra desmotivado, incapaz de enfrentarse una jornada laboral, gran irritabilidad y pesimismo. Como su nombre inglés indica la persona está "quemada". Las causas pueden variar según el tipo de trabajo que desempeñe pero en general se debe a una alta carga de estrés sostenido y que normalmente se ve agravado por la sensación de no sentirse valorado en el trabajo.
En esta fase puede aparecer, en el ambiente laboral, el llamado burnout. Éste consiste en un agotamiento emocional ( a veces también corporal) que puede llegar un estado depresivo. El trabajador se encuentra desmotivado, incapaz de enfrentarse una jornada laboral, gran irritabilidad y pesimismo. Como su nombre inglés indica la persona está "quemada". Las causas pueden variar según el tipo de trabajo que desempeñe pero en general se debe a una alta carga de estrés sostenido y que normalmente se ve agravado por la sensación de no sentirse valorado en el trabajo.
Es importante tener en cuenta que el estrés no se reduce a un estado psico-emocional. Como vemos cuerpo y mente se ven afectados por igual y deben ser abordados de la misma forma.
Ansiedad
La
ansiedad es una respuesta emocional y corporal ante una situación o
pensamiento que nuestra mente percibe como peligroso o problemático.
Ésta es uno de los signos más típicos del estrés pero también
puede aparecer sin que haya elementos estresores y que puede darse en otros trastornos.
Es un estado de gran inquietud, nerviosismo, obsesivo,
de irritabilidad y/o miedo. Los pensamientos negativos que se
retroalimentan constantemente y las obsesiones son un gran caldo de
cultivo para la ansiedad.